Paula del Carmen Ordosgoitti Martínez nació el 28 de abril de 1935 en Playa Grande. Sus padres eran Jesús Ordosgoitti y Luisa Martínez. Cuando tenía 4 años su madre le enseñó algunas letras. Paulita se escapa de su casa para ir a ver a la "Señorita Cotica" dar clases a los niños de Playa Grande. Fue esta maestra su mayor inspiración para dedicarse luego a la docencia.

En el año 1940 la familia Ordosgoitti se muda para Carúpano, específicamente para Calle Perú. Cerca de la casa de Paulita había dos escuelas unitarias: una regentada por la señora Joaquina Blanco de Payarez y la otra por su prima Adalgisa Ordosgoitti. Fue precisamente aquí donde inició su educación formal.

A los cinco años, Paulita escribía y leía "corrido"; aprendió a hacerlo con el libro Pajarito. En la escuela de entonces no existían "grados escolares". En esta escuela estuvo hasta los 11 años; luego la inscribieron en la Escuela Graduada para niñas "Manuel María Urbaneja", la directora era la maestra Juanita Salina de Gamboa, y su maestra era Eduviges Sánchez. La escuela "Manuel María Urbaneja" había sido fundada el 5 de noviembre de 1912. Esta escuela y la "Alejandro Ibarra" eran las únicas escuelas oficiales de Carúpano.

Cuando inauguraron el grupo escolar "República de Haití" (18-05-1947) casi todos los estudiantes de las instituciones mencionadas fueron congregadas allí; entre ellos Paulita. Acá culmina su educación primaria.

Paulita quedó marcada por dos maestras "Cotica" y Rosa Catalina, quien la motiva a formarse como maestra normalista en la ciudad de Cumaná. La maestra Rosa le promete a Paulita tramitarle una beca, pero mientras tanto, la joven Paula tejía alpargatas, cuidaba niños y laboraba en casas de familia. Así cubría sus gastos personales y ayudaba a su familia.

Un día, Paulita le envía un telegrama al Director de la Escuela "Pedro Arnal" para solicitarle una "inscripción provisional", ya que no tenía los recursos económicos para estudiar en Cumaná; el director de la Escuela Normal, Tulio Vera Portillo, aceptó la solicitud. Pero, por cuestiones del destino, el telegrama nunca llegó a manos de Paulita; en cambio sí le llegó la noticia de que su beca había sido aprobada para estudiar en Cumaná.

Comenzó Paula a estudiar la carrera de maestra normalista, y obtiene el 18 de julio de 1955, con excelentes calificaciones, el título de "Maestra de educación urbana".

_{La maestra Paula, en su juventud}

Ya con su título es enviada a trabajar a la Escuela Federal Graduada "Manuel Enrique Bukc" del estado Anzoátegui. Luego, a través de un cambio convencional se aprueba su traslado, en el año 1957, a Tunapuy, estado Sucre; y el 15 de diciembre de 1958 es transferida para la "Escuela Nacional Macarapana". El director de esta institución era el maestro Manuel Higuerey, quien en el año 1960 es enviado a realizar un curso en la Escuela Normal del Mácaro. Ante el vacío del cargo, se designa a la maestra Paula Ordosgoitti como Directora encargada de la escuela "Eustoquia Soledad Luiggi", de Macarapana. (1 de febrero de 1961).

En el año 1970 trasladan a la maestra Paula como Directora a la escuela "Manuel María Urbaneja".

La maestra Paula era una mujer muy activa, y se dedicó por muchos años a hacer solicitudes gubernamentales que permitieran mejorar la Escuela "Eustoquia Soledad Luiggi"; así logró que se construyera el auditorio de la institución, que dotaran a la biblioteca de libros, que construyeran la cancha de usos múltiples y el comedor estudiantil.

La maestra Paula fue (es) la Directora de la Casa Andrés Mata, porque aún no han juramentado a la nueva directiva. Siempre ha trabajado por la cultura y la educación. Y de eso dieron testimonios sus amigos cercanos y ex-alumnos:

_{La maestra Paula con un exalumno}

Mostraron un vídeo que reseña su vida como educadora de la ciudad:

Le cantaron cumpleaños con torta y todo:

Cuando ella tomó la palabra dijo, palabras más, palabras menos:

Siempre quise ser como la maestra "Cotica". Creo que lo logré; y luego que leí los poemas de Gabriela Mistral, quise ser como ella: una maestra intelectual, promotora de la poesía y del espíritu bondadoso. Una maestra sinigual; que brindara apoyo y amor a sus alumnos. Creo que lo logré.

_{La maestra Paula y Ricardo Mata, el cronista de la ciudad}

Mientras escuchaba a sus exalumnos hablar de cómo ella transformó sus vidas, la maestra Paula lloraba de alegría y de emoción, porque no hay mejor reconocimiento para un docente que saberse querido por sus alumnos. Y como estuve allí, les cuento todo lo que pasó.

_{Nota: Con la excepción de la invitación y la foto d ejuventud de la maestra Paula. Todas las demás fotografías fueron tomadas por mí con mi teléfono Tecno Spark 2024}