¿A dónde nos lleva el autobús?

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Pensé que Raj estaba emocionado. No existía tal autobús. Pero la pregunta crucial es: ¿para qué molestarse en tomar un autobús cuando un avión cubre la distancia mucho más rápido?

“Sin duda lo recordarás, Ran. Este viaje te dará un recuerdo inolvidable”, dijo Raj mientras intentaba cargar su mochila a la espalda.

¿Cómo podía seguir sin creerlo? Y lo más increíble es que el autobús salía en una hora.

“Raj, ¿no debería ir contigo? Al fin y al cabo, es solo tu impulso, no el mío”, intenté rechazar la invitación de Raj.

Raj me miró fijamente. Oh, sentí que se me escapaban todas las fuerzas. ¿Cómo iba a negar su belleza? Esos ojos, de verdad, debieron de conquistar muchos corazones.

“Este es de verdad tu deseo, Ran. Un deseo que no ha salido a la superficie, pero ya se ha hundido profundamente. ¡Levántate, Ran!”. Raj me apretó los dedos. Sentí que Raj abría la puerta que llevaba tanto tiempo negando. En realidad no la negaba, pero... ¡ah, no importa!

—¡Vamos, Ran, las oportunidades no se presentan!

Su mirada volvía a ser persuasiva.

¡Maldita sea! ¿Qué más podía hacer?

—Tengo un examen de piano en dos semanas, Raj. No puedo posponerlo, papá me regañará —escapé con firmeza de la tentación de Raj. Con la misma firmeza con la que Shinta rechazó a Dasamuka. Pero Raj, en realidad, era más persistente que Rahwana.

—¿Llamo a papá ahora? ¿Qué te parece, Ran? —respondió Raj alegremente.

La verdad es que Raj es el único amigo mío que se atreve a llamar a mi papá por el apodo de papá. Ni siquiera Ajay, a quien papá conoce claramente como mi amante, se atreve a llamarlo papá. De hecho, papá ha considerado a Raj como un niño. Eso se debe a que nuestros padres son muy amigos, y papá quería un niño. Mientras que los hijos de papá son definitivamente niñas. Aun así, Raj, estoy segura de que nació con un don para persuadir, sobre todo para persuadir a papá.

"¡Date prisa, Ran! El autobús sale en cincuenta minutos y necesitamos al menos veinte minutos para llegar a la terminal".

Raj usó su última jugada, obligándome con su persuasión tardía; como si ya hubiera accedido. ¡Qué incapaz fui de negarme! Además, era inútil seguirle disparando excusas a Raj, que era muy bueno discutiendo y también alargando la sarta de excusas. Como no quería llegar tarde, metí inmediatamente algo de ropa que creía que necesitaba llevar. Si no era suficiente, la compraría más tarde, de camino.

Exactamente a las siete de la tarde del 22 de enero de 1977, nuestro autobús se dirigía a Delhi. En realidad, esta ruta no era solo Calcuta-Londres, sino Londres-Calcuta-Londres. Pero Raj dijo que, en el viaje Londres-Calcuta, dos pasajeros decidieron no continuar el viaje de regreso a Londres. Quizás se enamoraron de Calcuta. Y, de alguna manera, Raj logró presionar al dueño del viaje hasta que finalmente conseguimos dos asientos para el viaje de regreso a Londres.

"Después de llegar a Londres, y tras unos días de descanso, regresaremos a la India en avión", dijo Raj al principio para convencerme.

En realidad, el viaje Londres-Calcuta-Londres duró 48 días (casi 10 000 kilómetros), incluyendo descanso y repostaje a una velocidad media de 50 km/h. Sin embargo, como Raj y yo solo continuamos el resto de la ruta: Calcuta-Londres, el tiempo y la distancia que recorrimos fueron, por supuesto, solo la mitad.

A pesar de continuar la mitad restante del viaje, la ruta Calcuta-Londres es similar a la ruta Londres-Calcuta. Raj y yo pasaremos por 11 países de Asia y Europa. Partiendo de Calcuta, India, nos dirigiremos a Pakistán, luego pasaremos por Afganistán, Irán, Turquía, Bulgaria, Yugoslavia, Austria, Alemania, Bélgica y terminaremos en Londres, Inglaterra. Es natural que Raj diga que este viaje será inolvidable.

"¿Cómo te sientes, Ran?", preguntó Raj mientras me daba una barra de chocolate.

"Nada. Este autobús acaba de empezar", respondí con pereza. Aunque tenía tantas cosas en la cabeza. Una de ellas era cómo dormiría junto a Raj. Cuando duermo, ¿siempre tengo que abrazar algo? Sinceramente, no temo que Raj lo malinterprete. Creo que ambos lo tenemos claro: solo somos buenos amigos, nada más. Pero la verdad es que no quiero molestar a Raj durante casi un mes abrazándolo de la mano cada vez que duermo.

"Ah, sí, Ran, ¿lo sabías? Este autobús parará en destinos mundialmente famosos. Pararemos en el Trono del Pavo Real en Delhi, el Taj Mahal en Agra, el Paso Draconiano, el Valle del Rin y el Danubio Azul. Sí, es uno de los ríos más largos de Europa que cruza 10 países. Y, ¿sabes, Rani?, también podemos comprar ropa y recuerdos en Kabul, Teherán, Viena y Salzburgo. ¿Sigues sintiendo que este viaje es normal, Rani?"

"Sea lo que sea, acabamos de empezar el viaje, Raj. Deberías preguntar eso cuando llegues a Londres. No estoy acostumbrada a responder a algo que no he vivido en persona. Hay muchísimas posibilidades antes de llegar a Londres". Oye, ¿por qué hablas así? Bueno, como información adicional, este autobús ha hecho un viaje similar 16 veces: Londres-Calcuta-Londres. Y durante esos 16 viajes, todo salió según lo previsto.

Y este es el 17, ¿verdad, Raj?

Sí.

Entonces, ¿qué garantía hay de que sea exactamente igual a los 16 viajes anteriores?

Vale, entiendo lo que quieres decir, Ran. ¿Pero acaso la experiencia no es siempre la maestra, es decir, el punto de referencia?

Vamos, Raj, tengo sueño. ¿Me prestas la mano?

Detuve la conversación a propósito para poder pedirle permiso espontáneamente para abrazarle la mano, porque tenía sueño. La conversación anterior había logrado crear un ambiente agradable, sin incomodidad para pedir algo que nunca había pedido.

Con una sonrisa, Raj me invitó a abrazarle la mano.

Al amanecer me desperté. Sentí que el autobús no se movía. Miré y vi que el conductor y todos los pasajeros, incluido Raj, estaban dormidos. Sintiendo algo extraño, desperté a Raj.

"¿Qué pasa, Ran? ¿Tienes hambre? Todavía tengo pan y chocolate en mi mochila, tómalo si quieres".

"No, Raj. ¿No te sientes extraño? ¿Por qué se detuvo este autobús y todos los pasajeros, incluido el conductor, también estaban dormidos?".

"Es extraño que la gente duerma. Al menos el autobús volverá a moverse pronto".

Guardé silencio y no discutí.

Una hora, dos horas, incluso tres horas, el autobús seguía sin moverse. Raj también parecía muerto, sin despertar desde que lo desperté antes del amanecer. El reloj marcaba las 8 de la mañana. Bueno, seguiré esperando. Pero si a las 10 el autobús aún no ha arrancado y Raj no se despierta, gritaré.

A las nueve, Raj se despertó. Parecía normal, como si no sintiera nada extraño.

"Raj, ¿de verdad no sospechas? Este autobús lleva 4 horas parado desde el amanecer, y quizá más."

"¿Qué quieres decir, Ran?"

"¿Todavía no te has dado cuenta, Raj? Este autobús lleva 4 horas parado. ¿Cuánto durará?"

"¿Cómo que no se mueve, Ran? Parece que te preocupa mucho que este viaje no sea tan exitoso como el anterior. Rani, puede que este autobús no sea tan rápido como tu sedán, pero eso no significa que puedas asumir que no se mueve. Ay, Rani, ¿estás enferma?" Raj me tocó la frente.

"¡Tú eres el que está enfermo, Raj!", respondí, gritando levemente.

"¡Rani, basta! Vamos, mejor descansa un poco. Te despertaré cuando llegues a Kabul."

"¿Kabul? ¿Te refieres a Afganistán, Raj? Ni siquiera hemos llegado a Pakistán, ¿por qué ya vamos a Kabul?"

Raj sonrió. Luego me tapó, como pidiéndome que durmiera y pensando que mi ansiedad era demasiada. Lo juro, el comportamiento de Raj me asustó mucho. Sentí y vi que el autobús se detenía y no se movía. Pero Raj dijo con indiferencia que el autobús se movía y que pronto llegaría a Kabul.

Bueno, Raj, seguiré tu explicación. Supongo que estaba alucinando. Y espero que cuando despierte después de esto, todas estas cosas raras tengan respuesta.

Un frenazo me despertó. Inmediatamente miré hacia afuera del autobús. Vi que ya estaba oscuro. A mi lado, Raj parecía seguir durmiendo profundamente. ¡Rayos! ¿Por qué cada vez que me despierto, Raj siempre está durmiendo? Sigo sintiendo lo mismo que antes de dormirme: ¡este viaje es extraño!

Para no quedarme atrapado en la curiosidad, le pregunté a uno de los pasajeros que iban delante.

"Disculpe, señor. ¿Sintió el autobús moverse alrededor de las 9 de la mañana?", le pregunté al hombre de mediana edad con sombrero fedora y gafas de sol.

No hubo respuesta. Volví a preguntar. Seguía en silencio. Pensé que quizá estaba durmiendo. La verdad es que no podía ver si dormía o no, porque llevaba gafas de sol.

Dirigí mi pregunta a una mujer, que vi que tenía más o menos mi edad. Estaba sentada justo delante del hombre de mediana edad.

"Señorita, ¿es cierto que este autobús pasó por Kabul, Afganistán?"

La mujer también guardó silencio. Aunque vi que tenía los ojos abiertos, su mirada sí que parecía extraña. Una especie de mirada vacía y sin sentido. Su cuerpo no se movió en absoluto. Cada vez me asustaba más. Decidí volver a mi silla y despertar a Raj.

"¡Raj... Raj... despierta, Raj!"

Pasé quince minutos intentando despertar a Raj. Pero seguía durmiendo como muerto. El miedo me atenazaba aún más. Grité con todas mis fuerzas. Y sentí que mis fuerzas se agotaban poco a poco.
Ya no recuerdo nada.

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"Ran, Rani... despierta... ¡vamos, despierta!"

Oí débilmente la llamada de Raj. Mi cuerpo aún se sentía débil e impotente. Abrí los ojos lentamente.

"Ran, te pido disculpas. Desde el principio sentí la misma extrañeza que tú. Pero no puedo estar de acuerdo con todo lo que dices..."

Sentí un mareo al escuchar la explicación de Raj. Vi que todo estaba oscuro y ya no oía ninguna voz.