Con la bendición de tu padre, el Braman.
A los ascetas te uniste.
Probar, conocer, buscando el despertar.
Siddharta, ¿era tu destino ser mendigo?

Buscas tu iluminación, el despertar.
Pero este no llega, se te escapa, te deja.
Solo tienes a tú “yo”.
Que en cada vuelta regresa.

Tu piel, quemada por el sol, tomó el color de la arcilla que comes.
“Siddharta el fuerte, el hermoso, el que caminaba sobre piernas delgadas”.
Ahora apenas te sostienen unos pies callosos y agrietados.
Por años de caminar en silencio con tu plato en la mano.

Tus ojos añoran el profundo azul con el que alguna vez mirabas.
Hueles al hierro de tu sangre seca.
De las marcas del látigo en tu espalda.
Moscas te acompañan con un zumbido que no cesa.

Tú, Siddharta, “el agraciado hijo del brahmán, el joven halcón”
Hoy eres apenas un susurro en las arenas del desierto.
Siddharta, el que saludaba con perfectos modales.
Ahora, faquir de un circo ambulante.

Mortificas tu cuerpo, al golpe de un tambor tribal
Hundes agujas en tu piel.
Te cortas con espadas.
A cambio de comida.

Siddharta, eliges sufrir, para escapar del sufrimiento.
¿No fuiste tú quien dijo?:
¿Acaso andamos en círculo, nosotros, los que pretendemos evadirnos del ciclo?

With the blessing of your father, Brahman.
You joined the ascetics.
To taste, to know, seeking awakening.
Siddharta, was your destiny to be a beggar?

You seek your enlightenment, awakening.
But it doesn't come, it eludes you, it leaves you.
You only have your "I."
Which returns with every turn.

Your skin, sunburned, has taken on the color of the clay you eat.
"Siddharta the strong, the beautiful, he who walked on slender legs."
Now you are barely supported by calloused and cracked feet.
From years of walking in silence with your plate in your hand.

Your eyes yearn for the deep blue with which you once gazed.
You smell of the iron of your dried blood.
From the whip marks on your back.
Flies accompany you with an incessant buzzing.

You, Siddhartha, "the graceful son of the Brahmin, the young falcon."
Today you are but a whisper in the desert sands.
Siddhartha, "the one who greeted with perfect manners."
Now, a fakir in a traveling circus.

You mortify your body, to the beat of a tribal drum.
You plunge needles into your skin.
You cut yourself with swords.
In exchange for food.

Siddhartha, you choose to suffer, to escape suffering.
Wasn't it you who said:
"Do we walk in circles, we who seek to escape the cycle?"